27 ene 2013

Me da pena que la gente crezca de Julio Barco

Ya lo sé,
el calor del cuerpo,
esa ráfaga del humo,
todo lo que se concretó
en el suelo.
Acabamos besándonos
para sustituir nuestras
ansias
de tocarlo todo,
y de caminar largo,
y de borrarnos del mapa
como se borra el sarro
de los inodoros.
Entonces, yo ya sé
de qué se trababa esto,
de ir corriendo a tu casa,
de ir como un huevón a esperarte,
de componer poemitas
a la luz de un foco y de las puteadas de mamá,
de quedarme chiquito y dulzón a tu lado.
Todo esto
ya sé
de qué trata.

Julio Barco

Hace unos años comenzó algo que parecía más bien superficial: el contacto con un mocoso peruano que escribía poesía. Entonces, teníamos mucho conflicto con usar para nosotros la palabra "poeta". Total que esas charlas vía messenger para pasarle unos textos de Parménides García Saldaña culminaron en la invitación a colaborar con una revista que él y sus patas preparaban: Tajo.

     Ese grupito de carnales limeños me acercó lentamente a su obra, su visión del mundo, sus autores de cabecera, a su crítica respecto de la obra propia y, sobre todo, a su experiencia creativa.

     Por aquel tiempo, también, apenas me acercaba a la historia del Movimiento Infrarrealista y gracias a este acercamiento supe del grupo Hora Zero para terminar leyendo Los detectives salvajes, novela que, como a la mitad de mi generación, me dejó una nostalgia infinita e irrevocable, un pinche dolor por años que no viví en la Ciudad de México, una reconstrucción de la Facultad de Filos y de mi presencia ahí, una reinvención de cuanto para mí era la literatura, la poesía y, por lo tanto, mi vida (los 20 y esa identificación en una lectura romántica con Bolaño).

     En ese "entonces", aunque no era regla, me preocupaba por hacer poemitas bien medidos, algunos sonetos, y bla bla. Tajo sacó un tercer número -y cuarto, y sigue, y sigue-  y ese carnalito me pasó un PDF que incluía unos excelentes poemas llenos de este aire nostálgico. Ésa fue la primera invención de Lima a través de los ojos de uno de mis -ahora- carnales tajadores.

     Ese .pdf firmado por Matías Aznar, con una nota donde decía que era un joven poeta suicida, me entusiasmó al grado de sacarme unas lágrimas, pues en aquel tiempo la melancolía era el plato cotidiano y ese poemario sacó, en un lenguaje llanito, toda la nostalgia que trae un cortón con ese tiempo anterior inclasificable (alguien podría poner aquí: adolescencia, infancia, inocencia, romantiquez; pero todo quedaría chato).

     Ese archivo se convirtió en un poemario digital (aquí está), el cual marcó algo dentro de Tajo. Luego, el año pasado, se editó como libro impreso. Julio hizo algunas correcciones y dejó finalmente un poemario que sigue muy nostálgico pero sin la unidad emocional del primer borrador. Yo elijo la primera versión por una relación personal con esos textos sin limpiar (Estábamos más chicos. Los textos me parecen más sinceros, con el éxtasis de la poesía como la veíamos entonces reflejado completito; precisamente en la onda más narrativa urbana bolañesca, pero Julio traía lo suyo); sin embargo, definitivamente quedó más limpio, además, incluye nuevos textos, exilia algunos y reconstruye oxtros.


     Les dejo el primer poemario de la familia Tajo, de nuestro valedor Julio Barco, nacido en 1991, flaquito y con sus pantalones de vestir entubados, su cabello largo, su fleco sobre el ojo y esa voz que inesperadamente revienta, junto a ti, en el asiento del taxi con toda la certeza de nuestra inocencia:

Me da pena que la gente crezca (2012) - Julio Barco (Perú, 1991)

Si hay falla, aquí está completo:
http://www.librosdementira.com/libro/detalle_libro.php?txtid=798#/0



J.A.H.

6 comentarios:

  1. híjole carnaaal... cómo me gusta un resto ese wey... ese poemario está rechido... cómo hago para contactarlo? está requetebonito mi hijo...

    ResponderEliminar
  2. óraaale cuate, este wey sí que me gusta un chingo... admiro mucho a este pelado... me puso la piel de gallina ese chavo...

    ResponderEliminar
  3. Pura ornamentación boba y anónimos con comentarios tontuelos, no lean esos libros. Róbenlos e intercámbienlos por unos cuantos cigarrillos.

    ResponderEliminar
  4. Hey, Jero... pues es un vale de "Tajo" proyecto peruano que ya te presenté en su momento: http://tajo-tajodido.blogspot.com y correo: juliocesar_war@hotmail.com

    En sl siguiente número de Moria va un cuento mío y va un poema de este carnal. Se rifa, ¿no?... pero una vez fue Melchy a un festival de allá de Lima, me mandaron un número de la Tajo con él, y Julito quedó un poco influenciado por la onda salvaje, muy chida, pero como que mucha banda -y me incluyo- hemos quedado en algún texto, en algún momento (o algunos todo el tiempo) sólo como faroles de lo que serían el Yaxkin, el Ibarra o el Meza, por decir algo (la poesía de los tres, cada una diferente, me late, y creo que son muy imitadas; la actitud más en el caso de Ibarra )... y si algo, justamente, me gusta de Julio y de todo Tajo y si algo me ha influenciado es que su poesía me parece sincera, neta, (claro, acá se discutiría si esto de los Tajo, como lo que hacen los salvajes, no es también una infinita repetición... y bla bla, ñoñadas en las que no han parado nuestras SABIAS BABOSAS MENTES OCCIDENTALES) aunque cada quien con sus propias verdades y sus propios parámetros estéticos y filosofías frente a la vida, etc... (es decir, nada ideológico une a los Tajo en ese sentido) y es lo que busco hacer, porque su poesía no intenta ser la megarevolución del estado de cosas sociales en un súper show occidental donde el poeta es el centro del mundo, una sucesión de imágenes explosivas y súper rebeldonas del YOPOETA que revienta en todas partes y GRITA, GRITA, GRITA! bla bla bla... también bien chulo, bien válido, bien romántico, pero en un momento ya tan gastado que no es neta. Lo de Julio, en cambio, es que bien podría ser todo lo anterior -o todo lo contrario- y en ambos casos sería accidente, algo no planeado, algo sincero, algo creándose, no un molde sobre el cual ya saber actuar el show. Suerte, mi Jero. Una vez te pedí pasarle tu pomario a una banda; eran ellos, los Tajo. ¿Puedo rolarlos o nos esperamos al siguiente?

    Hace tiempo, también, quedaste de enviarme nuevos textos. Por mi parte, te envié unos cuentos de Ende que quería comentar contigo en persona. Y te debo los apuntes de tu ensayo. Como desaparecí de face... pos a ver qué. Chingón. Pero avísame por acá o por el hotmail. Chido.

    ResponderEliminar
  5. órale, ¿es que se puede hacer eso? híjole carnal esto sí es un noticiononón... tengo unas cuantas cajetillas de Lucky Strike para hacer el trueque... ahuevo que me están chingando... en todo caso díganme dónde voy a cambiarlos por el poemario de este wey... saludos desde tepito

    ResponderEliminar