23 sept 2012

Eso que revienta - Poemario

Pues después de un ratote y considerando decentones (de sentones) estos textos, acá mi primer poemario:

 Eso que revienta

Eso que revienta




Debería narrar las cosas del alma, pero me dieron la lengua.
Quería liberarme como místico a través del poema,
hacerme un poeta-bomba en medio del zócalo para matar a Lentejo Manda.

No, ya no tengo estas palabras acá.
No me basta reinventar al mundo:
este cuadro hinchado de pintura verde,
alumbrado de tintura de televisión,
de albahaca y nísperos, de pared de ladrillo,
de segmento urbano rumbo a Tepoztlán, ¡no me basta!

Gritaré que tenemos la mala costumbre de ser poetas,
de ser bombas y místicos drogadictos y poetas;
que no me siento mexicano, ni ruso, ni ahuatepeño (a veces guayabo).
Ahí donde el gallo canta y yo no soy indígena, ni güero, ni rojo
me han torturado desde que tengo su idea de infancia acá en el pecho y no estalla.

No importa, damita, caballero, acá le va el cuento:
Yo no soy poeta.
Soy el fuego, eso que revienta: tapu, ma, pam, can, chán,
recio como parvada de guajolotes,
urgente de jazz y mota, escandaloso, oiga nomás.

Yo tengo este fuete amarrado al brazo.
Reviento cráneos, despunto el alba,
tengo un arco devastador, detono rifles, estallo cuerpos.
                            Las niñas vienen y me piden un helado.

(Esa tarde yo ya no estaba ahí.
Los camiones de Atlixco se metieron al nirvana
y lejos se escuchaba una canción de Real de Catorce
eras tú o era el sol…
y el cuarto era una lámpara de gas, lleno de energía fluyendo.
…o ese rayo que emanó de ti
Ella ardía como beso de ginebra.
Su pecho era el sonido de una cueva:
                         Mar y silencio
                    ….
      Mar y silencio
….) 

Nunca más explotará mi pecho esa imagen de mujer y cuarto.
Soy un hombreverso, poeta-bomba, fundamentalista del verbo;
pero ríase, qué mis cuadernos ni qué ocho fieras tristes.

Yo soy eso con lentitud de cuerpo devastado por muertes y paranoias,
por desvarío de no ser Humano envuelto en llamas,
quemando la receta de la vida exacta y civilizada.

Después del asesinato de los silencios, quedó un lugar con fuego.
Tenía un cuerpo y era niebla de luz, cueva sin colores, casa de ciegos.
Miré dentro y nos quedó un universo carente de sentido.

Mira, mujer, te entrego el universo vacío.
Llénalo de tu risa.
Llénalo de este pecho; tu mi su nuestro amor de todos.
Dile con tu boca “cuerpo” y haz una aurora boreal.
Nombra “canto, ballenas, pasto” y gira, vuela conmigo.

Trae  de  nuevo  incendios  Quémame la boca  Tómame  de  la espaldaAarañazos dime  que somos  lo  que  somos, esto  que sentimos, que  nostamos  divididos, questamos vacíos  Llámame humano, orquídea, cerdo,  luz, fuego, verso, rama,  poeta y dime que sentimos poesía aunque lo  llamemos miedo,  dime que  poesía  es  el ansia; dime  que  subirse  al tren y desgajar al mundo, poco a  poco para no quebrarse, es poesía. 

Llámame despacio Dame  verde, jade,  piedra,  hueso  Dame luces, agua, truenos   Dame tierra,  clávame  la   obsidiana,   embriágame en  Sake,   destiérrame  de Estambul, aviéntame al  Mar Rojo,  grita mi nombre en Tlayacapan, cállame en   Tenochtitlan, sóplame desde Neza o Asunción, en cualquier calle donde extrañar   a los patas de Lima.

Hazme sentir que algún día estaremos más cerca Dime que aquello era una espera, que así el universo aguarda a que le pongamos  
nombre

Que nos deseaba el silencio

Y nómbrame
Trata de darle forma a esto
Dame un sentido
Dime
que
sigo                                                                                                  
cuerdo
-