28 abr 2014

fragmentos...

Por perderte, dejarte sola y ciega
Como estrella trabada
En refugios del cuerpo
Reventándose las almas pequeñas
En los cuartos milenarios
Las derrotas colgadas de estos ojos
Como aretes, los labios
Para siempre partidos,
Embarrada la máscara de espasmos
Que se secan como grietas
Por no hacer de ti más que una derrota
Con el ruido mal hecho
La garganta rota, la
Voz sin fuerza quejándose el ansia
Con el ritmo olvidado en
Un mar seco de sales y comida
Sigues siendo como un verso de Lope
Piel adentro, una hernia,
Voz abierta en tono azul,
Raspadura que carcome
Todo y quema/ canto que nunca cierra...

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16 abr 2014

Grandísimos relatos de mi vida - #2 Locos & Rucas in Retro

Primer encuentro: 2001, Cuernavaca.

¡Chino! Saca otra chela, carnal

Aún en la primaria, en una unidad militar, un amiguito se puso los discos de su hermano cuando fuimos a jugar el histórico FIFA 98 para Play Station®. Teníamos como once años y aquello, el Salón Victoria con su ...in retro, me sonó bien raro, como rock con trompetas, como rock que mamá llamaba locote mezclado con cumbias. Qué chafa y atractivo.

    Años después, 2005, plena secundaria, farol y verguero, Skacerote de hueso colorado, junto a la pandilla que sigue hoy conmigo, los Salón se llevaron mi alma en el Auditorio Teopanzolco de Cuernavaca con su disco ...del '73. 

    Sin más que decir, Locos & rucas in retro (México, 1999; Ruecas, como pensaba que decía), se volvió un álbum para toda la vida. Uno de ésos que te molestan de tanto escuchar o porque definitivamente el Ska fue pa' la secun, pero un día cualquiera te levantas con ganas de escucharlo, con ese tonito moviéndote los pies, con esa pinche Salomé que no se olvida: "negrita, ésta es tu-tu fiesta/ sabes bien que lo tengo y lo tengo pa' ti/ sabes bien que lo tengo puesto (¡RI-CO!), y lo tengo pa' ti"; y tienes la certeza de que nunca faltará ya en tu vida. 

    Si algo caracterizó a Salón fue la búsqueda de un sonido "retro" y "latino", del llamado latin-ska o world beat, tipo cabaret ochentero. Algo así como el Soundtrack de una peli de ficheras que se hubiera planeado bajo LSD y dirigido por Ripstein, pero tampoco podemos olvidar sus temas populares (el huevón Mamambo y su contraparte de la chinga inagotable y mal remunerada en un Tumbao Fregao; el amor bohemio de Media noche y de Ciudades sin guerra; la urbe noctámbula, su arte callejero, boicoteando las pinches fiestas -metáfora del andar cotidiano frente al "sistema"- con Mil coyotes marihuanos, con Satanás swing, con O.S.S o con La noche estaba puesta y una insaciable reinvención del lenguaje un poco ñera, un poco chicana. Por supuesto, también es constante la invitación a la fiesta, al desapego sin olvidar a Allende, a la contemplación en el bailongo y por eso Wacha, carnal:

Negocio turbio

Muchacha de mi vida,
Mi vida tan jodida,
Escucha mi plegaria
S.V.

Éramos una jauría hambrienta
Anhelábamos carnavales en el Central Park
Con esos bailes de Guerrero,
O el Gügüence en la Eiffel,
La noche estaba puesta y caía
Una rumba de ruecas
Que deletreaban mi nombre
Y un abismo al que le lanzaban piedritas
Y le decían futuro.

¿Se le rasca?, pregunté.
La democracia es otro sueño, dijeron.

En el abismo flotaban canoas
Con una marca especial de paseos oníricos

Como una parvada, mil coyotes marihuanos
Alunaron desierto adentro
Recordando sin temor sus rencores,
Ni las pestañas contadas al caer,
Ni su voz de astro:
Sólo yo no soy La Mujer

Mil coyotes bailando en comuna
Buscábamos la purificación de los cuerpos
Policiales, les gritamos
¡Pinche
policía
asqueroso
déjanos tajear!

Escapando al morbo del acumulo,
Nos abucheaban en las calles
Se la pasan durmiendo, se van para la fiesta,
Regresan pa’ dormir, se paran pa’ la fiesta,

Pero no nos arrepentimos de nada,
Aunque estemos muriendo.

Salió un saltamontes de una botella de caña
A las dos de la madrugada
Túnel adentro
El agua resonaba más allá de Tenochtitlan
¡Alerta el arrabal!
Un fuego diurno nos abrasó a las 12 de la noche.

Esto parece un film de Allen, dijeron.
Las 300 noches de los Mil coyotes marihuanos,
Sugirió alguien como un título.

Los otro novecientos noventa y nueve
Reprobamos con mentadas.

Tiene ponzoña, dijo alguien,
Y le clavaron una daga a mi vecino en el pecho.

Queríamos que aquella ciudad no fuera
Una guerra de amantes necios,
De sonidos en revueltas,
De versos danzantes,

Pero la ciudad nos sorprendió tras el sol,
Desorbitada y paranoica.

Al otro lado de la tierra,
Otros comenzaban la fiesta:
¡Pero suénale, mi hermano!

Nosotros bajamos el volumen

Y nos fuimos a dormir.

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Locos y rucas in retro . Salón Victoria (1999)

¡Pero suénale, mi hermano!: