-Porque sigo siendo un ñero después de pinchesmillibros. La
viva prueba de que todo es mentira.
-Porque me vale verga cuántos leo al año, o si no leo, ahí
está siempre y nunca, nunca, me dice el noticiero cuánto leo.
-Por lo contrario: si no leo, me angustio, me deprimo, me
siento tonto; si leo, me fascino y una crítica me dice cuánto leo.
Pero ésas son estupideces
-Por algunas estupideces
-Porque ésta de a de veras es leña, leña, ¡leña! Nunca te
falla, es incorregible en su insistente benevolencia, nunca se aburre, nunca se
queja, ni en el hospital. Pueden partirte tu madre y un Alianza Cien de los
pequeños seguirá metido en tu bolsa trasera cuando un asqueroso policía te esculque.
-Puedes cagarte en setentamileruditos de la boca máxima y
pura que ladran demasiado sobre su importancia para inmediatamente después
saber que no sólo les entendiste sino que de verdad son pendejos, y pensar que bien
eres a veces ese otro lado, o podrías serlo, o nunca, en falsa pose de defensa
de las letras, pero lo que más importa es contrariarlos porque nunca, nunca,
eso será la literatura, nunca, ni mierda de lo que digan, de lo que nadie diga,
será literatura. (Acántra un lar común, ñero: su discurso está superado).
-Porque gracias a la literatura mi discurso siempre estará
superado como si cargara al hombro una Espantosa Equis
-Por eso, por cierto, porque es el fracaso absoluto, el gran,
gran, gran triunfo, donde está garantizada la superadísima línea discursiva que
tu espectro imbécil y adormilado –o feliz y chispeante– ronda pero no puede
alcanzar.
-Porque es tan puta, tan chingona, tan digna, tan chida, tan la
banda, que hasta pueden leer los policías
-Porque un culero, como miles de frustrados apagados e
idiotas profesores de Licenciaturas entre Creación, Lingüística y Literatura,
se burló de todos nosotros cuando entramos a Letras diciendo «¿No que amaban la
“LI-TE-RA-TU-RA”?», mientras envidiaba nuestra resplandeciente y bonita y
perpetua perra vida dispuesta a entregársela toda, todita, a la poesía cargada
de lo que fuera, LO QUE FUERA.
-Porque me cago en la leche si no hay tantas literaturas
como libros en el mundo multiplicados por las cabezas en el mundo multiplicados
por las neuronas de las cabezas del mundo multiplicadas por todos los mundos
desde la existencia humana si, y sólo si, le creemos a la Ciencia (ésa sí con
Mayúsc)
-Porque la podemos poner con letra chiquitita, y se la
siguen pelando.
-Porque aunque uno sea un mal escritor, jamás estará fuera
de la literatura. La lite, como Paloma y Jaime al Gato, Caifán mayor, te da chance, porque la tensión de London
es eterna.
-Porque siglos antes de la marihuana, un libro me llevaba al
cielo, el cine, el amor, cana, el infierno, la cama, la calle, y siglos después
de la marihuana, un libro me lleva al cielo, el cine, el amor, cana, el
infierno, la cama, la calle…
-Porque hasta los polis pueden leer.
-Porque en los añorados tiempos fresas, en los días
pedantes, en borracheras de fiestas ajenas, en las silenciosas calles alunadas
de ojo roto, en los carnavales de Tepoztlán, de mesero, de empacador, de
jitomatero, de librero, de telefonista, de garrotero, de vendedor ambulante, de chalán de albañil,
de colador, de lanzador de discos en un campo de tiro, de robot que acumula
hoja tras hoja de libros para CETEC en una imprenta pirata, de gritón en los
camiones, de papelero, de taquero, de preparador de hamburguesas que no son de
Hamburgo y Papas de Francia que no son francesas, de hijo del dueño, de hijo
del papá, de cibercafetero, destudiante, de investigador, de ratero, de putón,
de machón, de baboso, de burlón, de nini, de mamón, de culero, de pobre
pendejo, la lite siempre me cae poca madre, siempre me entra como anillo al
dedo (¿de quién? [¿el anillo o el dedo?])
-Porque la dejo cuando me da hueva y jamás hay pedo.
-Una liebre negra cae al precipicio
-Los polis pueden leer
-Hermosa como un foco que se funde
-Los polis leen
-Un miedo callado
-Lee
-Un silencio temeroso
-O te mato
-
-Porque si el núcleo de nuestra oración es el verbo ser/tar
en tercera persona, y el sujeto es una frase sustantiva con un núcleo
“literatura”, cuyo adjunto es el artículo “la” y tiene como complemento de
atributo (atributivo) otra frase sustantiva donde reposa como núcleo la bella y
hermosa Lupe, que es algo así como, como, como… Beatriz; es decir, si en este
sintagma nominal se encuentra como núcleo “poesía” y su adjunto es otra vez el
determinante “la”, para qué nos hacemos pendejos, si todos sabemos copular
(Ser[-]es copulativo[-s]):
-la literatura es la poesía.
(como dice Huerta)
-