cómo decirte "mujer, no hay salida",
antes el viento en bosque
la voz tenue de pasos sobre hojarasca.
Cómo decirte
remolino en un vaso de plástico,
ansias de nadar y beber.
Este lugar se nos va de las manos
y andamos ciegos de encanto.
Tu cabeza es un cubo de rubik
trastornando el fuego en ámbar.
Anda a lavarte los pies en este río seco,
sacrifícalos a mi lengua,
come pasteles de hongo de centeno.
El suicidio es nuestra voz
latiendo por huir.
No, mujer, no somos archimodernos.
No tenemos conejos en la mano.
Somos alquimistas
lejos del bien.
No te calles.
Baila.
Tengo un patio para ti
con bosque, mármol, cerezas,
troncos, musgo y Sol
Quiero decir, mujer:
¡El amor no es la salida!
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